Después de haber estado trabajando en el aula durante toda la mañana, es hora de ir a dar un buen paseo por el bosque.
Es un buen momento para correr, saltar, jugar, pero también para contemplar todo lo que el bosque nos ofrece: observar los árboles, las flores, coger piñas, hojas, piedras, oír el canto de los pájaros, llegar a la granja y poder observar a los animales e, incluso, coger algún huevo que hayan puesto las gallinas.
Ir a caminar por el bosque también es un muy buen trabajo a nivel motriz, ya que los niños tienen que superar obstáculos importantes para ellos como subidas y bajadas algo pronunciadas y terreno irregular. ¡Todo un reto!
Una vez terminada la experiencia, volvemos a la clase, un poco cansados pero muy contentos.