Un ejercicio de desarrollo tan simple como abrochar y desabrochar los cordones de la bata, puede servir para generar una sensación de satisfacción en el niño cuando, después de mucho esfuerzo, consigue realizar la tarea.
A través del desarrollo de la voluntad durante el proceso de normalización, el niño es consciente de sus éxitos: esto lo hace sentir bien, muy orgulloso y satisfecho del trabajo que ha hecho. Se siente bien consigo mismo y mejora su autoestima.