Uno de los lujos más espectaculares que tenemos a 03 es la proximidad con el bosque y que podemos disfrutar diariamente.
Siempre que el tiempo nos lo permita aprovechamos para salir a hacer un paseo por el bosque porque salir a andar con nuestros alumnos no es solo andar, sino que también estimula otros conceptos implícitos. Por ejemplo, la gestión de la autonomía. Para salir a pasear, en primer lugar, hay que prepararse. Así pues, hay que equiparse con los zapatos y la chaqueta. Una rutina que conlleva que un alumno del 03 tenga que esforzarse a través de la concentración, el trabajo y la destreza.
Una vez preparados definimos donde salimos a hacer la caminata: hasta la granja, hasta la piedra, hasta la zona de las antiguas cabañas, a las explanadas, a hacer la vuelta entera… y una vez definida emprendemos el camino.
La paseada siempre genera nuevos retos: rampas en terreno irregulares, raíces que sobresalen y que hay que esquivar, piedras que también hay que esquivar, etc. Por lo tanto, la habilidad motriz aumenta, puesto que conocemos mejor el terreno y cada uno aprende a refinar y a controlar sus habilidades.
El paseo también aporta vocabulario: pájaros, árboles, plantas, rastros, frutos… y conceptos matemáticos: largo, corto, pesado, suave, blando, ligero, puntiagudo… y de clima: frío, calor, muelle, seco, fangoso, etc.
Pero el que sobre todo aporta salir a andar por el bosque es experimentación. En definitiva, pasear no solo se trata en salir a andar, sino que también hay un proceso educativo enriquecedor.