En nuestras aulas no puede faltar una zona destinada para los cuentos. Una biblioteca situada en un espacio tranquilo, acogedor y con buena luz. Un lugar lleno de cuentos con imágenes reales, adaptados a su edad, a su medida y que vamos cambiando cada semana para mantener vivo el interés de los niños y de las niñas.
No hay un horario determinado para irlos a mirar, sino que pueden ir libremente durante todo el día. Lo cierto es que podemos sentir su interés y su curiosidad cuando miran las páginas de un cuento. También los ves cómo alguno dice el nombre de algunas de las imágenes que va viendo, otros, en cambio, cómo se lo explican entre ellos. En definitiva, para nuestro alumnado es una experiencia muy enriquecedora y es importante que adquieran este hábito de muy pequeños.
Además, una vez al día los ponemos en círculo y una de las guías o especialistas explica un cuento y, de esta manera, también van aprendiendo vocabulario nuevo.