El tiempo que invertimos a cuidar el huerto tiene recompensa. De vez en cuando nos encontramos que alguna de las cosas que hemos plantado ya está lista para ser recogida. Esta semana, los niños del aula pudieron recoger un par de lechugas que habíamos plantado hacía aproximadamente un mes.
Dos alumnos se las llevaron a casa junto con un poco de menta que también recogimos. En la visita al huerto sin embargo, no todo fueron premios, también tuvimos que sudar para sacar las plantas secas y las malas hierbas que se habían ido haciendo lugar.
No nos podemos relajar, hay que seguir cuidando el huerto para que siga dando frutos.