Ya desde pequeños es muy importante permitir que los bebés se muevan con libertad, preparando un espacio para poder estar en el suelo y poder estar un tiempo boca abajo (para reforzar todo el tronco superior) y también boca arriba para descubrir las posibilidades que le ofrece su cuerpo.
Los niños aprenden a través de los sentidos y en contacto con su entorno. Sus movimientos y sus exploraciones conectan su cuerpo con su cerebro.
Hay que irse adaptando a su desarrollo e ir proponiendo nuevos retos para ir pasando diferentes etapas, cada reto motriz conseguido lo prepara para la siguiente etapa, la musculatura crece más fuerte y los circuitos cerebrales adquieren mejor coordinación.
Debemos tener muy presente la importancia de ofrecer un ambiente preparado que le proporcione oportunidades de movimiento, dejar tiempo para moverse y evitar la ropa y posibles elementos que limiten su movimiento.