En un ambiente Montessori es fundamental el cuidado del ambiente tanto interior como exterior. Este se trabaja a través de actividades que reflejan la cultura de la cual formamos parte. Por ejemplo, nosotros, para comer, utilizamos cubiertos como la cuchara, el cuchillo o el tenedor, mientras que en la cultura oriental se utilizan los palillos.
El cuidado del ambiente también implica el desarrollo de la responsabilidad de cuidar, mantener pulcro y tener cuidado de la belleza del entorno donde se convive, sea el ambiente de trabajo o el de casa. Estas actividades ayudan a satisfacer la necesidad que tienen los niños de esta etapa de formar parte del proceso de cura y mantenimiento de sus espacios habituales. Esto se manifiesta a través de actividades como lavar ropa, limpiar zapatos, limpiar vidrios, etc. Además, esto afecta directamente y de forma muy positiva a su autoestima.
Los objetivos de esta actividad son conocer y adaptarse a la cultura de la cual forman parte, desarrollar la coordinación ojo-mano, desarrollar la motricidad gruesa y el equilibrio y, finalmente, fomentar el cuidado del entorno y del ambiente tanto interior como exterior.