Es importante aprovechar cada detalle y cada momento para convertirlo en un trabajo del desarrollo de la autonomía y la responsabilidad. Así pues, cada mañana, los alumnos llegan a la escuela con su mochila a las espaldas, sea andando o gateando, entendiendo que esta es responsabilidad suya y por lo tanto, se tienen que hacer cargo.
Además, también son los encargados de abrir la cremallera y sacar de su interior la agenda, la bata y la carpeta por la mañana, y de volverlo a guardar por la tarde para marchar a casa.
De este modo, también se convierten en los intermediarios de la relación familia-escuela, siendo ellos quienes transportan y entregan la agenda a los interlocutores.
Cómo en cualquier trabajo de autonomía, es importante que los materiales estén adaptados para fomentar que puedan utilizarlos solos. Así pues, es fundamental que la mochila sea de la medida adecuada para su transporte, con apertura de cremallera y con un llavero grande que permita a los más pequeños cogerla bien.