El viernes por la mañana bajamos a la granja, allí estaban los esquiladores haciendo su trabajo. Una vez las ovejas quedaron liberadas de su abrigo, nos lo dieron para comenzar el proceso del cual nos encargamos nosotros.
Fuimos a la caseta del huerto y allí nos dedicamos a lavarla bien, ya que contiene una gran cantidad de grasa y suciedad propia de la granja. Durante el fin de semana se quedó en remojo y el lunes la dejamos secar al sol.
Ahora comenzará su tratamiento, primero cardar y teñir para luego poder hilar artesanalmente.