En estas primeras semanas de curso, profesores, padres y madres, hemos estado trabajando codo con codo para facilitar la adaptación de nuestros alumnos a su entorno.
Esta adaptación necesita su tiempo según el ritmo de cada uno. Por lo tanto, hay niños y niñas que tienen una adaptación corta y otros, en cambio, necesitan una adaptación de más larga, ya que cada niño es diferente.
Esta fase de iniciación es un momento importante ya que se aprende a separarse de los lazos familiares, cosa que a lo largo de la vida nos irá sucediendo.
En este proceso algunos niños y niñas nos lo expresan con llantos, otros con dolores de estómago o dolor de cabeza y otros, sin embargo, en no dormir bien, pero lo que sí tenemos que tener muy claro es que esto es una cosa pasajera y que con la ayuda de todos se supera. En este sentido, valoramos positivamente la comunicación entre padres, madres y escuela en este proceso de adaptación y aprendizaje de los más pequeños.