Haciendo algunos trabajos como tender o lavar la ropa pueden suponer todo un reto o un desafío creativo; trabajar ejercicios de vida práctica es positivo para fomentar la autonomía y la independencia del niño; al tiempo que se refinan los sentidos, la concentración y la educación de la voluntad.
Siempre hay que tener en cuenta, como en otros ámbitos, la diferencia entre el trabajo del niño y el del adulto es que en el trabajo del niño lo más importante es el proceso y en el del adulto es el resultado.