La pasada Semana Santa fue muy extraña para todos, incluidos los estudiantes de la escuela; fue un parón de clases y trabajo que nos dejó a los estudiantes solos en nuestras casas sin tener nada que hacer.
Sabiendo esto, la profesora de filosofía, Mia Men, propuso una actividad voluntaria a todos los alumnos del curso para, al menos, tener algo que hacer y también para no perder completamente el contacto entre nosotros ni con los profesores. Se trataba de una serie de debates diarios que realizamos durante la semana, en los que nosotros mismos proponíamos el tema sobre el cual queríamos hablar; por tanto, discutimos y razonamos sobre temáticas en las que tenemos cierto interés y teníamos mucho que decir: desde el efecto del maquillaje en la sociedad hasta la protección de datos.
Estas actividades que también realizamos normalmente en clase, fueron no solo útiles para hablar entre nosotros y no aislarnos completamente, sino también para aprender los unos de los otros y trabajar nuestra capacidad critica y de razonamiento, hablando y debatiendo, siempre con respeto, entre nosotros, pero sobre todo como medio de desconexión en un momento duro en el que este tipo de actividades las agradecemos mucho y las disfrutamos.
Josemi Cabañas (BTL1A)