Como cada año, los alumnos más pequeños de la escuela tienen un huerto con plantas aromáticas y verduras de temporada que cuidan semanalmente. Los niños y niñas realizan un trabajo muy rico que contempla todo el proceso. Ante todo, airear la tierra y plantar las hortalizas escogidas. Posteriormente, regarlas cada semana y limpiar los huertos urbanos de hojas de pino y malas hierbas. Ahora bien, el proceso no termina aquí, ya que para tener un buen acceso también recogemos las hojas del pino del suelo. ¿Y cómo lo hacemos? Mientras unos pasan el rastrillo, otros con unos guantes van recogiendo las pilas que quedan y las llevan al cubo de reciclaje.
Una vez todo ya ha crecido, toca llevarlo a casa o hacia el aula, ya que allí continuamos con el trabajo de desgranar habas y guisantes. Como se puede ver, es un ciclo de trabajo muy atractivo que ayuda a fomentar el cuidado por el entorno, a entender de dónde obtenemos este alimento y a probarlos.