Es el final de una experiencia muy esperada durante todo el curso. En parte estamos tristes por haber tenido que marchar pero, por otro, estamos muy satisfechos de haber su podido disfrutar durante una semana.
Gracias a que los primeros días coincidieron en fin de semana, tuvimos la oportunidad de conocer bien nuestras familias. Aunque al principio pareció un poco difícil adaptarse a la nueva cultura (tanto los horarios como las comidas eran muy diferentes de los que estábamos acostumbrados, lo que nos impactó bastante), con el paso de los días todo comenzó a ser más dinámico y fácil.
A lo largo de la semana, gracias a las excursiones y visitas guiadas, aprendimos muchas cosas sobre Weilburg y las poblaciones de alrededor y pasamos tardes muy divertidas haciendo actividades con las familias. Ha sido una gran experiencia que recomendamos a todos los alumnos que la puedan disfrutar; aunque no todo ha sido fácil; siempre hay pequeños inconvenientes cuando se trata de convivir, pero hemos hecho lo posible para solucionarlos y salir adelante.
Júlia Xifré y Maria Simakova